Si se exigiera a los legisladores que contemplaran y comprendieran plenamente el resultado de cada proyecto de ley que se abre camino por las vías legislativas hasta llegar a la mesa del gobernador, sería imposible crear leyes. Por lo general, la intención de los legisladores es promover leyes y políticas que beneficien al bien público. Y en respuesta a las muertes por conducción distraída, muchas legislaturas estatales han aprobado prohibiciones de enviar mensajes de texto y conducir.
Resulta que estas prohibiciones parecen haber hecho que la tasa de accidentes de tráfico peor. Según un informe de investigación realizado el mes pasado, las muertes por conducción distraída causadas por el uso del teléfono móvil y los mensajes de texto se dispararon de 2005 a 2008.
Si hay una ley, la gente encontrará la manera de incumplirla, sobre todo si la infracción es tan fácil de incumplir. Un estudio reciente demuestra que los automovilistas siguen enviando mensajes de texto mientras conducen, pero lo hacen con el móvil en el regazo, en vez de a la vista de la ventanilla para que lo vea la policía.
Un teléfono móvil en el regazo sigue significando apartar los ojos de la carretera, y durante más tiempo que si el conductor enviara mensajes de texto a la altura de los ojos. Y lo que es peor, parece que las fuerzas del orden no están aplicando enérgicamente las prohibiciones existentes sobre el uso del teléfono móvil, ni siquiera las que existían antes de la reciente prohibición de enviar mensajes de texto al volante. Las prohibiciones de enviar mensajes de texto parecen agravar un problema ya de por sí grave, pues los datos federales muestran que, entre 2001 y 2007, enviar mensajes de texto al volante causó 16.000 muertes.
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