No es raro ver a un conductor distraído de camino al trabajo cada mañana. Puede ver a una conductora maquillándose mientras va por la autopista. Puede ver a otro conductor con una taza de café en una mano y un sándwich de desayuno en la otra. Puede ver a alguien enviando mensajes de texto o incluso leyendo mientras está al volante.
En la última década, la conducción distraída se ha convertido en una de las principales causas de accidentes con heridos. La Administración Nacional de Seguridad en el Transporte por Carretera informa de que cada día, 1.000 personas sufren lesiones en Estados Unidos en un accidente en el que alguien conducía distraído. Sin embargo, ¿es la conducción distraída tan peligrosa como la conducción bajo los efectos del alcohol, que durante años los defensores de la seguridad pública se han esforzado por reducir?
En 2018, 4.637 personas murieron en accidentes de conducción distraída. Más de 10.500 muertos por conducir bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, muchos expertos en seguridad al volante creen que la conducción distraída, en concreto el envío de mensajes de texto mientras se conduce, es más peligrosa que la conducción bajo los efectos del alcohol.
Enviar mensajes de texto mientras se conduce es especialmente peligroso porque implica los tres tipos de conducción distraída:
Si apartas la vista del volante para enviar un mensaje de texto, es fácil que no veas cómo un coche se detiene de repente delante de ti. Puede que no veas a un peatón entrar en un paso de peatones delante de ti. Puede no verlo cuando un vehículo se incorpora rápidamente a su carril o el tráfico se ralentiza. Además, los conductores tienen que ser muy disciplinados para guardar el teléfono y evitar enviar mensajes de texto mientras conducen o hablar por teléfono mientras conducen.
Aunque las sanciones por conducir distraído no son tan severas como por conducir ebrio, eso no significa que conducir distraído no sea igual de peligroso. Puede serlo, especialmente para los conductores jóvenes e inexpertos. Por eso es importante romper el hábito de usar el teléfono al volante y ser un buen ejemplo para sus hijos y adolescentes sobre cómo evitar la conducción distraída.