La decisión de separarse de un cónyuge puede ser difícil por muchas razones. Para empezar, a algunas personas les preocupan las repercusiones económicas que puede tener el fin de su matrimonio, ya sea porque les inquieta cómo se repartirán los bienes conyugales o porque les preocupa la cuantía de la pensión alimenticia o la manutención de los hijos que estarán obligados a pagar. Aparte de las preocupaciones económicas, hay otros aspectos a tener en cuenta, como el impacto emocional del divorcio y cómo esta decisión puede afectar a los hijos.
Si sabe que es necesario seguir adelante con el fin de su matrimonio, puede ser útil hablar de lo que ocurre con sus hijos. El divorcio puede afectar a los niños de distintas maneras y a algunos padres les puede preocupar que la ruptura con su cónyuge haga que su hijo tenga peores resultados en la escuela o se deprima. Sin embargo, si aborda el divorcio correctamente y asegura a su hijo que sigue siendo querido, puede reducir o incluso eliminar estas preocupaciones.
A veces, el divorcio puede ser especialmente duro para los niños. Por ejemplo, a un niño puede preocuparle no poder ver a uno de sus padres tras una disputa sobre la custodia de los hijos o puede preocuparle cómo cambiará su vida un traslado a una nueva ciudad tras el divorcio. Es importante hacer todo lo posible para ayudar a su hijo a superar estos problemas.
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