La Constitución de Estados Unidos y las leyes federales y estatales nos conceden a todos ciertos derechos esenciales. En determinadas circunstancias, un juez puede suspender o incluso revocar ciertos derechos.
Cuando se presenta una orden de protección contra la violencia doméstica (DVPO) contra alguien, esa persona puede enfrentarse a la perspectiva de perder algunos derechos durante un tiempo, o posiblemente para siempre. Sin embargo, toda persona tiene derecho a defender sus derechos. Existen procesos legales que pueden utilizarse para solicitar el restablecimiento de esos derechos en determinadas circunstancias.
Hay un ley federal que prohíbe a cualquier persona con una orden de protección en su contra comprar o recibir un regalo de un arma de fuego. Esto significa que, mientras la orden de protección esté en vigor, la Segunda Enmienda derecho a un arma de fuego se suspende parcialmente.
Además, la orden puede suspender el derecho a acudir a determinados lugares enumerados en la orden. Por ejemplo, si la orden de protección establece que no se puede ir a una distancia determinada del lugar de trabajo de la persona que solicitó la orden, la policía puede arrestarlos en el acto si se acercan demasiado a ese lugar mientras la orden está en vigor.
Si se presenta una DVPO contra usted, la forma más sencilla de luchar por sus derechos es impugnar los términos de la propia orden. Si su abogado consigue que el tribunal anule la orden de protección, ésta no afectará a sus derechos.
Sin embargo, si la orden prospera, tendrá que esperar a que expire. Incluso después de que expire la orden, no todos sus derechos vuelven automáticamente. Por ejemplo, para recuperar su derecho a tener un arma, su abogado tendrá que presentar una petición ante el tribunal solicitando el restablecimiento de sus derechos sobre las armas.
Tener una orden de protección contra la violencia doméstica puede tener un gran impacto en su vida diaria. Existen procedimientos que pueden ayudarle a recuperar sus derechos tras la expiración de la orden.