Muchas noticias destacan los peligros de la conducción bajo los efectos de drogas o alcohol. Una categoría de deterioro que normalmente no recibe la atención que merece es la conducción bajo la influencia de medicamentos. Los medicamentos recetados y los medicamentos de venta libre son lo suficientemente fuertes como para llevar a efectos secundarios significativos que podrían afectar la capacidad de un conductor para navegar con seguridad nuestras carreteras de Carolina del Norte.
En todo el país, más de un tercio de los estadounidenses afirman haber tomado dos o más medicamentos en los últimos 30 días. Por desgracia, estos medicamentos potentes pueden tener efectos secundarios intensos que podrían hacer casi imposible la conducción segura. En La Asociación Americana del Automóvil (AAA) ha publicado un informe centrado específicamente en el consumo de medicamentos y la conducción bajo los efectos de las drogas, que pone de relieve numerosas estadísticas espeluznantes, entre ellas:
Entre los tipos habituales de medicamentos con efectos secundarios peligrosos se encuentran los siguientes Benzodiacepinasutilizados para tratar la ansiedad o los trastornos del sueño, y Opiáceosprescrito para aliviar el dolor.
Los medicamentos con receta y los fármacos potentes de venta libre pueden afectan a la capacidad del conductor para tomar decisiones acertadas al volante. Desde el deterioro cognitivo hasta los problemas de percepción, los conductores que circulan por las calles de las ciudades, las carreteras comarcales y las autopistas más transitadas deben reconocer las señales de advertencia de la conducción bajo los efectos del alcohol y encontrar opciones más seguras que ponerse al volante luchando contra fuertes efectos secundarios.