Los accidentes de tráfico en el lugar de trabajo son muy variados, ya se trate de alguien que conduce un semirremolque o un taxi o de un empleado al que se le ha pedido que haga recados y se ve implicado en un accidente. Son muchas las consecuencias que pueden sufrir las víctimas tras un accidente, como fracturas óseas, laceraciones y problemas económicos (incapacidad para trabajar, gastos de hospitalización, etc.). Sin embargo, hay otras razones por las que estos accidentes pueden ser muy difíciles para los trabajadores. Por ejemplo, pueden provocar traumas mentales que persiguen al trabajador durante meses o incluso años.
Alguien que se está recuperando de una colisión de tráfico en el lugar de trabajo puede tener recuerdos del accidente, lo que le dificulta volver a su puesto anterior, especialmente si implica conducir. Además, algunas personas pueden deprimirse a raíz de un accidente y de las diferentes formas en que su vida ha cambiado después, mientras que otras pueden enfadarse. Estos accidentes también pueden dar lugar a una gran cantidad de ansiedad, que también puede afectar al rendimiento de una persona en el lugar de trabajo.
A veces, los traumas mentales pueden ser tan graves que un empleado nunca podrá volver a un campo determinado. Si se enfrenta a alguna de estas dificultades, debe saber cuáles son sus opciones. Por ejemplo, puede plantearse emprender acciones legales por el comportamiento negligente de otra persona, o podría seguir adelante con una reclamación de indemnización por accidente laboral.
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